
Prueba parcial de familia descontrolada
nombre : Jason Alexander Hernández Goris
matrícula: 21-SPSS-5-007
Carrera: Psicología Escolar
materia: Psicología y Familia
profesora Lucrecia Cena
Familias Descontroladas
Las familias representan la base sobre la que se cimienta el desarrollo de sus miembros, proporcionando un entorno de seguridad y crecimiento. Sin embargo, cuando el equilibrio jerárquico se ve alterado, las consecuencias pueden ser perjudiciales, especialmente para los niños y adolescentes. La falta de límites claros, la sobreprotección y la descoordinación parental crean un escenario propicio para la disfuncionalidad. En este sentido, es fundamental reflexionar sobre las causas y soluciones para el descontrol familiar, con el fin de restaurar un ambiente saludable.
Uno de los escenarios más comunes de descontrol familiar se presenta cuando los padres no logran establecer normas consistentes. En hogares donde los progenitores no actúan de manera coordinada, los niños pueden asumir un rol de liderazgo que no les corresponde, desafiando la autoridad y creando conflictos. Esta situación puede derivar en la llamada "tiranía infantil", donde el menor impone sus deseos sin restricciones. Para corregir esto, es crucial que los padres refuercen su cooperación y reafirman su papel de guía, generando un marco de seguridad y orden.
Por otro lado, en la adolescencia, el descontrol familiar puede manifestarse a través de la resistencia a la independencia. Un apego excesivo o una falta de supervisión pueden generar problemas en la autonomía del joven, aumentando el riesgo de conductas problemáticas. La solución radica en encontrar un punto de equilibrio donde se respeten tanto las necesidades de independencia del adolescente como la autoridad de los padres, fomentando una transición progresiva hacia la adultez.
En los casos más extremos, la desorganización familiar puede desembocar en comportamientos delictivos o en situaciones de violencia intrafamiliar. La falta de coherencia en la aplicación de normas puede llevar a los hijos a desarrollar una doble moral, cumpliendo reglas sólo en presencia de sus padres. Asimismo, la comunicación deficiente y las interacciones basadas en la emocionalidad descontrolada generan un ambiente inestable y poco predecible. Para abordar esta problemática, es fundamental establecer límites claros y fomentar una comunicación efectiva entre los miembros de la familia.
En conclusion , la reorganización de la jerarquía familiar es un reto que requiere compromiso y estrategias efectivas. La terapia familiar desempeña un rol crucial en este proceso, ayudando a los progenitores a recuperar su función de guía y estableciendo un ambiente de estabilidad. La clave para una convivencia armoniosa radica en la claridad de roles, el fortalecimiento de los lazos saludables y la aplicación de normas consistentes. Solo así se podrá garantizar un desarrollo integral para todos los miembros de la familia.
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